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Entre pinos y acantilados: descubre las calas más bellas de Cádiz


Calas de Roche: el secreto mejor guardado de la Costa de la Luz

A solo unos 15 minutos en coche desde Villa La Barrosa, estas calas son una de las excursiones más recomendables para quienes se alojan en la zona.


Escondidas entre acantilados rojizos y pinares infinitos, las Calas de Roche ofrecen una experiencia distinta a la de cualquier otra playa de la provincia de Cádiz. Son pequeñas, salvajes y de difícil acceso, pero quien las descubre, repite. Son el rincón perfecto para quienes buscan tranquilidad, paisajes espectaculares y aguas cristalinas.



Uno de sus grandes atractivos es precisamente su ubicación resguardada: en los días de fuerte levante, cuando otras playas abiertas se vuelven incómodas por el viento y la arena, las calas se convierten en un refugio perfecto. El mar suele estar más calmado y el abrigo natural de los acantilados crea un microclima ideal para disfrutar del baño y el sol.


Las Calas de Roche se encuentran entre la urbanización Roche (en Conil de la Frontera) y el puerto pesquero de Conil. Para llegar, lo mejor es dirigirse en coche hasta la zona de aparcamiento junto al faro de Roche, desde donde comienza un sendero peatonal que recorre la costa. El camino ofrece vistas espectaculares y acceso a las distintas calas por escaleras o senderos tallados en la roca.


Algunas de las más conocidas y recomendadas son la Cala Encendida, la Cala Áspera, la Cala del Pato y la Cala del Frailecillo, aunque hay otras más pequeñas y escondidas que también merecen la pena explorar.


Existen varias calas a lo largo del sendero que bordea los acantilados, y aunque algunas son de acceso más sencillo, otras requieren bajar por caminos entre las rocas. Por eso, se recomienda llevar calzado adecuado y evitar ir cargado. No hay servicios ni chiringuitos: todo lo que necesites, llévalo contigo. Esa es parte de su encanto: naturaleza en estado puro.


En cuanto a normas y usos, algunas calas son frecuentadas por nudistas, especialmente las más escondidas. No es raro encontrar bañistas practicando el nudismo de forma discreta y respetuosa. Por otro lado, aunque oficialmente no está permitido el acceso con perros en temporada alta, fuera de los meses estivales es habitual ver a visitantes acompañados de sus mascotas.


Si buscas una experiencia diferente, romántica o simplemente íntima, las Calas de Roche te van a enamorar.





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